Los barriletes gigantes de Sumpang
Sacatepequez
En dicho lugar, desde horas del la tarde del 31 de octubre, cientos de jóvenes se dan cita en medio de materiales como la caña de bambú, lazo yalambre para comenzar a elaborar la armazón que en forma poligonal dará soporte al diseño final elaborado sobre la base de papel de china.
La música de la disco y el montaje de los negocios que se preparan para vender platillos típicos, acompañan la labor de estos artesanos que verán recompensado su esfuerzo en horas de la mañana siguiente. A esta actividad se le denomina “Lunada del Barrilete”.
Ya el primero de noviembre, con algunos ajustes de última hora sobre la armazón y ante la expectación de extranjeros y nacionales que se cuentan en miles, jóvenes pertenecientes a distintas agrupaciones (entre 25 y 30) montan el papel de china y van poniendo de pie los barriletes gigantes que alcanzan alturas hasta de 15 metros y sobrepasan el valor de los Q40,000.00. Paralelamente los asistentes estallan en aplausos y sacan la cámara; todos quieren un recuerdo, como todos quieren también probar las delicias de la gastronomía guatemalteca que se venden en el lugar.
Sumpango está ubicado en el departamento de Sacatepéquez, al este de la ciudad de Guatemala, y sin lugar a dudas la fecha más destacada es el 1 de noviembre, el día de todos los santos, que es también cuando se celebra La Feria de Barriletes Gigantes que se lleva a cabo en el campo de futbol, cerca del cementerio de la localidad.
Cuentan los lugareños que el motivo que impulsó dicha tradición fue que hace muchos años, cada 1 de noviembre, el cementerio era atacado por espíritus malignos y estos molestaban a las ánimas buenas e interrumpían el descanso eterno de dichas ánimas. Estas vagaban penando por las calles y casas humildes de la población perturbando la apacible vida de los habitantes. Al ver que el problema persistía, decidieron acudir a sus ancianos y brujos, los cuales se reunieron, y después de varias deliberaciones concluyeron que la solución era hacer que el viento chocara con pedazos de papel y el sonido del choque haría que los espíritus malignos se alejaran. Dicho esto los pobladores comenzaron los trabajos de confección que terminaron en cometas y finalmente pudieron alejar a los espíritus, llevando a las ánimas buenas, descanso y tranquilidad, haciéndoles saber que los sumpangueros siempre estarían dispuestos a alejar a sus agresores.
La estructura de los barriletes, que también son conocidos como volantines, cometas, papagayos, etc. en diferentes países, está compuesta de varas de bambú cubiertas con papel de china y dibujos alegóricos, con un colorido sin igual. Los diseños comienzan en septiembre y los barriletes de exhibición pueden medir más de 15 metros de altura.
En los barriletes se puede ocupar unos 12 hombres para hacer que estos vuelen, y aunque algunos no logran elevarse mucho y caen al suelo destrozados por el peso de la armazón, la gente del lugar, turistas nacionales y extranjeros estallan en aplausos y gritería en recompensa al trabajo y creatividad de los lugareños que han logrado, aparte de alejar los malos espíritus, preservar una de las tradiciones más hermosas de Guatemala y gracias a ello el Ministerio de Cultura y Deportes, declaró en 1998, Patrimonio Cultural a la colorida y ya muy famoso Festival de Barriletes Gigantes de Sumpango, Sacatepéquez.
El escenario para la exposición y vuelo de estos cometas en cuya elaboración se ocupan hasta 35 personas que trabajan 6 horas diarias durante 45 días aproximadamente, es el campo de fútbol de la localidad, contiguo al cementerio.
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